Estúpido Cupido.

"Estúpido Cupido que uniste corazones para separar vidas".

Quizá la fuerza del olvido estuvo detrás de todo. El último beso, el último abrazo, la última caricia, la última mirada. Momentos que quedaron grabados a fuego en todo mi ser, momentos que ahora forman parte de mí y de ti. Cupido a su antojo, y con flechas envenenadas de amor, hizo que nuestros corazones se unieran, provocando que nuestros caminos se bifurcaran y poco a poco las huellas se fuesen borrando hasta que el rastro desapareció. Cada vez estabas más lejos y tu recuerdo era ya borroso. Era difícil reconocer esos ojos que tanto habían hablado cuando tus labios no estuvieron dispuestos a hacerlo, era difícil reconocerlos en la oscuridad de la noche, en la soledad.

Intenté fingir que era capaz de volver a equilibrar mi vida cuando tú ya no estuvieses, pero eso nunca sucedió. La balanza estaba descompensada. Intenté equilibrarlo con otras cosas, pero se notaba tu ausencia (y se sigue notando). Notaba que me faltabas, que te echaba de menos. No era lo mismo levantarse por las mañanas sabiendo que ya no estarías en mi portal, como solías hacer últimamente. Tampoco era lo mismo volver a casa sin alguien con quien hablar, sin esa persona a la que realmente le importaban mis problemas.

"No era lo mismo estar sin esa persona capaz de hacer el estúpido sólo por verme sonreír".

Y es que te echaba de menos. Quería olvidarte, pero sólo era odio hacia mí misma por haberte dejado ir. Quería borrar esos recuerdos, esos momentos. Pero nunca lo hice, lo intenté, pero siempre me rendía. Era imposible hacer desaparecer un sentimiento tan fuerte en tan poco tiempo.

Tú siempre fuiste más fuerte y supiste mejor manejar tus sentimientos por eso sé que me olvidaste hace tiempo, que hace mucho que me convertí en un mero recuerdo. Sólo espero que seas realmente feliz con esos a los que ahora llamas amigos. Espero que sepan cuidarte como realmente te mereces.

Nunca habrá nadie como tú, de eso estoy segura. Les habrá peores, e incluso, mejores;

pero nunca nadie como tú.

Deja que te salve la vida.

Para muchos la música es sólo eso, música. Algo que carece de sentido y que está ahí porque ha estado siempre. Pero para otros, entre los que yo me incluyo, la música salva vidas. Una letra que te haga sentir hermosa -olvidándote de esos mil y un defectos que tienes- una letra que refleje a la perfección tu estado de ánimo en ese preciso instante.

Una nota grave de piano justo cuando estás a punto de caer, una nota aguda cuando no puedes contener toda la felicidad que sientes dentro de ti. Al fin y al cabo, nuestra vida se basa en la música. Esa canción que amamos con locura, ésa otra que odiamos pero que no somos capaces de dejar de tararear, aquélla que nos hace reír y bailar y, por supuesto, la que nos recuerda que debemos mantenernos con vida, que nuestra vida tiene sentido en sí misma y que no dependemos de nadie, sólo de nosotros mismos.

Si algún día, alguien me pide que le cuente la historia de mi vida, le entregaré un disco con esas canciones que narran mi propia vida mejor de lo que mis palabras podrían hacerlo.

Y si la música salva vidas, ¿por qué ellos no iban a poder salvar la mía?

Una melodía acompasada, una letra motivadora y un cantante auténtico.

El mundo al otro lado del espejo.

Su piel, clara y fina, brillaba como si se tratara de pura nieve, sin embargo en verano adquiría un leve color anaranjado. Su pelo, largo y castaño claro, caía con leves ondulaciones hasta por debajo de su pecho. Sus ojos, sus preciosos ojos azulados, parecían estrellas en una noche apagada. A simple vista, una chica perfecta. Sus notas eran impecables y su ropa, tan sumamente conjuntada y colocada al milímetro, dejaba entrever su clase media-alta. Extrovertida y alegre, a todos caía bien y todos buscaban tenerla de amiga. Sin embargo, un oscuro pasado la acechaba. Siempre estuvo obsesionada con su peso, aunque su figura -como el resto de ella- era perfecta. Algunas marcas de guerra -así las llamaba ella- se podían apreciar en sus muñecas, en ambas, y en su estómago. Intentó salir de ese mundo muchas veces, pero estaba atrapada. Se sentía sola, aún estando rodeada de gente. Botellas de alcohol rodeaban su cama. Pero, ahora, era capaz de estar tranquila, podía descansar de tanto sufrimiento, podía descansar, en paz.

No la quedaba nada, hasta la soledad la había abandonado.

Nos dejamos engañar por rumores, conspiraciones y vulgares mentiras. Creemos tener juicio propio y un desarrollado sentido crítico. Sin embargo, no es así, nada es así. Criticamos, criticamos y seguimos criticando. No tenemos ningún motivo, pero somos así.

'El hombre es un lobo para el hombre' -Hobbes.

Ser perfecta nunca fue una opción.

Cabello rubio, ojos azules y un 90-60-90.

Perfecta, ¿verdad?

Mentira, prototipo de perfección.

Princesas con gorra y no corona.

Los tiempos cambian y con ellos, todo.

¿Quién no soñó con ser esa princesa de cuento, con llevar zapatos de cristal, un vestido de pomposo vuelo y una corona sobre su cabeza? ¿Quién no soñó con ese príncipe azul a lomos de un caballo blanco?

Deja de buscar a esas princesas y empieza por las que usan gorras, por las que van en skate con jeans desgastados, por las que no dicen 'te quiero' sino que te llaman tonto con una dulce sonrisa. Y tú princesa, deja al príncipe azul, esos ya no existen. Tírate a los brazos de ese chico que reconozca, que aún sin corona, sigues siendo una princesa.

Ahora ya nadie sueña, y los que algún día soñaron, ya crecieron.

Y ahora, ¿qué?

Ella no es de piedra, pero todo este tiempo ha intentado serlo.

Ella está en el centro de toda una multitud pero se siente sola.

Ella finge estabilidad, sólo porque está cansada de que la vean débil y la hieran de nuevo.

Ella guarda todas sus penas anudadas en su garganta.

Ella sólo espera la desaparición.

Busqué la perfección hasta que me dí cuenta de que no existía.

Busqué ser esa chica perfecta, como ese tipo de chicas que salen en los anuncios. Busqué ser aquella de la que sus padres estuvieran orgullosos. Busqué mis defectos, por todo mi cuerpo, pero también, busqué la forma de hacerlos desaparecer, aunque quizá no siempre fue la forma correcta, al menos, no para los ojos de los demás. Busqué algo que me hiciera diferente al resto, busqué no ser alguien más de esta sociedad. Busqué mil consejos en rincones recónditos y en libros de viaje. Busqué consuelo en corazones fríos.

Pero, sobre todo, busqué la forma de hacerme ver, de demostrarles a los demás que estaría ahí, para su agrado o para su disgusto.

Felicidades.

¿Hoy? Es uno de los días más especiales de mi calendario.

¿Hoy? Una personita muy especial está de cumpleaños.

¿Y quién es esa personita tan especial? Bueno, todo esto empezó un 19 de septiembre de 2010 (sí, ya hace casi dos años, el tiempo vuela) y desde entonces no he sabido vivir sin ella.

Poco a poco se convirtió en mi día a día, en mi razón por sonreír y en mi razón por seguir adelante. Muchos dijeron que era estúpido, vivimos lejos, nos separan 460 kilómetros pero aún así, ella es mi mejor amiga. Ella supo estar ahí cuando la necesitaba, cuando todo iba mal y hasta cuando creía que no me quedaba nada. Ella me hizo sonreír en los momentos más difíciles, me hizo comprender que todos cambiamos pero que siempre conservamos algo del niño que fuimos dentro.

Sé que aunque estemos lejos, eso no es un impedimento, aunque quizá sea porque la distancia se convirtió, hace tiempo, en parte de nuestra rutina, aprendimos a superarla, poco a poco, a dejarla a parte y a luchar por esa eternidad.

Que te quiero millones cosita guapa, mi fuckeáble, mi vida♥

You must be proud.

Tienes que sentirte orgulloso, orgulloso porque se acaba una etapa en tu vida, la etapa en la que más cambios has sufrido, una etapa con causas y consecuencias; eres joven pero tienes responsabilidades de adulto.
Han sido cinco años junto a vosotros, parece mucho, ¿verdad? Pero no lo es. Y es que en esos cinco años hemos pasado por todo tipo de cosas, unas felices y otras, otras no tanto, pero hemos seguido juntos, conociendo poco a poco la vida de los demás y preocupándonos por ellos, aunque en algunos casos fuera mínimamente.

No sé qué nos deparará el futuro a cada uno de nosotros ahora mismo, ni siquiera soy capaz de tener una leve idea, pero sé que sois grandes, que os merecéis lo mejor y que siempre pude contar con vosotros.

Siempre vi lejos este día, y es que la palabra "graduación" es una palabra grande. Nos queda una semana por vivir juntos, incluso tres días y después todo acabará, las risas, las locuras, los lloros. Porque en cinco años se comparten muchas cosas.

Ahora tenemos dieciséis años pero espero que cuando tengamos treinta, cuando tengamos hijos a los que cuidar, una hipoteca que pagar y un coche para hacer la compra, en ese momento, si nos vemos por la calle, sé que los recuerdos invadirán mi mente.